Tecolutla, Ver.- La muerte llegó a Tecolutla, Veracruz, como una sombra oscura y aterradora que se cierne sobre la ciudad. Una niña inocente de tan solo trece años fue apuñalada y asesinada mientras jugaba en su bicicleta por la calle Miguel Hidalgo. Los rumores y las especulaciones se extienden por la zona como un reguero de pólvora, alimentando la inquietud y la zozobra entre los habitantes.

Algunos dicen que eran dos hombres jovenes desconocidos en una motocicleta los responsables de tan macabro suceso. Otros, más atrevidos, hablaban de un ajuste de cuentas o de una venganza pendiente. Pero la verdad sigue oculta en las sombras, envuelta en un misterio que la Fiscalía General del Estado está decidida a desentrañar.

La víctima, Estefany Naomi «X», era una niña de barrio, con domicilio en la calle Coahuila de la colonia Sector Popular. Sus vecinos la recordaban como una joven alegre y risueña, siempre dispuesta a jugar y a divertirse con sus amigos. Pero ahora, su alegría se transformó en tristeza y dolor, en lágrimas y lamentos por su partida prematura.

Al llegar la noche oscura y lúgubre, la Fiscalía no había perdido el tiempo. Las luces de los vehículos policiales iluminaban la ciudad, mientras los peritos y los policías ministeriales realizaban las diligencias de ley. La Fiscal General, Verónica Hernández Giadáns, seguía de cerca cada movimiento, decidida a no dejar piedra sin remover en su búsqueda del probable responsable del crimen.

Los habitantes de Tecolutla, por su parte, siguen con el corazón en un puño, esperando que la justicia llegue pronto y se haga cargo de la situación. Saben que la muerte no tiene horarios ni fronteras, que puede aparecer en cualquier momento y en cualquier lugar. Pero también saben que la comunidad está unida, que se apoyarán mutuamente y que, juntos, pueden enfrentar cualquier adversidad.

La muerte llegó a Tecolutla, pero no ha logrado doblegar el espíritu de sus habitantes. La justicia está en camino, y con ella, la esperanza de que algo así nunca vuelva a suceder.