Di no al gasolinazo! ¿En serio?
Luciano García / foropozarica.com
Pareciera que ahora sí se derramó el vaso y la gota fue el aumento del 20% al precio de la gasolina y el diésel efectuado el pasado uno de enero. Y si no fuera suficiente, se programa otro aumento el próximo 4 de febrero.
Sin embargo, lo que la mayoría de las personas no toma en cuenta es que no es solamente un ajuste, sino el inicio de un programa de liberación de los precios de los combustibles.
Con base en información recabada en sitios especializados, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) ha emitido acuerdos y cronogramas detallando este proceso, el cual empezó el uno de enero con el establecimiento de precios regionales máximos que reconocen el costo de producción, transportación y almacenaje (primer gasolinazo).
La siguiente etapa será a partir del 30 de marzo, cuando se liberará el precio en los estados de Baja California y Sonora. Luego en junio los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas. En octubre para Baja California Sur, Durango y Sinaloa. Para noviembre los demás estados a excepción de Campeche, Quintana Roo y Yucatán, donde será hasta el 30 de diciembre.
¿Qué significa “liberación del precio”?
Bajo este esquema de mercado abierto, los precios finales ya no serán decididos por alguna comisión gubernamental sino por la ley de Oferta y Demanda, la cual toma en cuenta todos los factores que intervienen en la cadena productiva (costo de refinación, tipo de cambio, precio de las materias primas, transporte y almacenamiento, impuestos, margen comercial para el concesionario, etc.) Asimismo, abre la posibilidad a los concesionarios de comercializar gasolinas de diferente procedencia a Pemex e incluso a la creación de refinerías con capital privado, con tecnología moderna y materias primas diferentes al petróleo.
¿Beneficiará este esquema al consumidor final?
Definitivamente sí, pero no de inmediato. Recordemos otro servicio que fue liberado hace años: la telefonía.
Desde 1958 la telefonía en México, tanto local como de larga distancia, fue un monopolio hasta 1997, cuando se abrió el mercado mexicano para la telefonía de larga distancia, entrando empresas como Avantel y AT&T, entre otras. Se tenía previsto abrir también el mercado de la telefonía local, pero las prácticas anti competitivas de Telmex impidieron el desarrollo de las empresas concesionarias y solo quedó Axtel como competidor. Sin embargo, las empresas proveedoras de señal de TV por cable aprovecharon la oportunidad de brindar servicio de telefonía y también son ahora competencia de Telmex.
Esta competencia ha beneficiado a los usuarios, al consumidor final. Los precios de la telefonía de larga distancia eran astronómicos en aquel entonces y ahora es un servicio incluido en el paquete mensual. Se disponía solo de cierto número de llamadas locales y ahora no hay tal límite. Con las nuevas tecnologías, ahora se ofrece servicio de internet de banda ancha por un precio que antes era impensable. Y si trasladamos esto a la telefonía celular, donde también hay competencia, los avances son más notorios, tanto que ahora cualquier persona puede tener un celular con internet por unos cuantos pesos al mes.
Pero esto no pasó de un día para otro. Empezó hace veinte años y el mercado de la telefonía sigue evolucionando para beneficio del consumidor. Es evidente que no veremos las bondades de un mercado libre en materia de combustibles hasta dentro de varios años y si bien es cierto que los precios actuales afectan negativamente a la actividad económica, deberíamos enfocar nuestras protestas hacia otro lado, hacia donde verdaderamente existe injusticia y corrupción.
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